Reconocer la bodega Ramos Pinto cuando se pasea por la orilla del Duero es sencillo, pues está alojada en un edificio color mostaza muy llamativo.
Además de la visita a las bodegas en sí, aquí puedes ver también el Museo-Casa Ramos Pinto, casi más interesante que las primeras. En este museo se exponen una serie de antiguos objetos relacionados con la actividad vinícola y la época de fundación de las bodegas por Adriano Ramos Pinto, cuyo interés por el mundo de las artes y la cultura le llevó a configurar esta exposición.
Estas bodegas comenzaron su actividad en el comercio con Brasil a comienzos del siglo XX, y se convirtió en uno de los mayores exportadores de vino a Sudamérica. También fueron una de las primeras empresas en introducir nuevas técnicas en la producción del vino y modernizar sus sistemas de venta para promocionarse.
En los años noventa, Casa Ramos Pinto se unió al grupo Roederer, productores franceses de vinos cuya filosofía (buscar vinos únicos de la máxima calidad) iba en consonancia con la de Ramos Pinto.

Las Bodegas Ramos Pinto.