La Torre de los Clérigos es todo un símbolo de Oporto; visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad y enclavada en pleno casco histórico, desde lo más alto de su torre podemos contemplar una panorámica impresionante de la ciudad del Duero.

La Torre de los Clérigos.
Historia y arquitectura
La Torre de los Clérigos está considerada la construcción religiosa más alta de Portugal. Su arquitectura tiene cierto mérito, pues levantar una torre de casi 80 metros de altura a mediados del siglo XVIII no era tarea fácil. Para sustentarla, sus muros se construyeron con más de dos metros de grosor.

La Torre de los Clérigos.
Fue el arquitecto Nicolau Nasoni, de origen italiano y uno de los máximos representantes del Barroco portugués, quien se encargó de su diseño de reminiscencias barrocas, como dictaban las corrientes estéticas de la época.
Hecha en mármol y granito, la torre forma parte de la Iglesia de los Clérigos y fue financiada con los fondos de la Hermandad de los Clérigos Pobres, que hicieron de la iglesia adyacente su residencia.
La Iglesia de los Clérigos
La Torre de los Clérigos ejerce como campanario de la iglesia del mismo nombre, también construida por Nasoni. Aunque sin duda la mayor atracción turística del conjunto es la torre, no por ello resulta menos interesante realizar una visita a la propia Iglesia de los Clérigos.

La Iglesia de los Clérigos, con los órganos laterales.
Esta iglesia fue erigida sobre uno de los puntos más altos de Oporto, el conocido antiguamente como Cerro de los Aforcados (Cerro de los Ahorcados), pues era el lugar donde se llevaban a cabo las ejecuciones de los condenados a muerte.
Precisamente por su situación elevada, la Torre de los Clérigos ejerció durante años como referencia para las embarcaciones que surcaban el Duero.

Una de las salas que se pueden visitar en el complejo de la torre.
De estilo algo sobrio para los estándares del momento en que se construyó, la iglesia contiene algunos elementos importantes. Empezando por el exterior, destacan la escalera de entrada y la fachada rococó adornada con conchas. Una vez dentro, seguro que os llaman la atención el retablo de mármol policromado y la gran bóveda central.
La mejor perspectiva de la iglesia se obtiene desde la pasarela superior, a la que podéis acceder mediante unas escaleras laterales.
Subir a la torre
Para disfrutar de las vistas de Oporto que se obtienen desde la Torre de los Clérigos hay que subir más de doscientos escalones. No obstante, las escaleras no son tan estrechas e incómodas como las que hemos «sufrido» al subir a otras famosas torres europeas (como el Belfort de Brujas).

Vistas desde la Torre de los Clérigos.
Durante el ascenso hasta el mirador de la Torre de los Clérigos, en la tercera planta, encontraréis un carrillón compuesto por 49 campanas cuyo sonido metálico se expande por toda la ciudad cada cierto tiempo.

Vistas desde la Torre de los Clérigos.
La tumba de Nicolau Nasoni
La impronta del arquitecto Nicolau Nasoni es patente en un gran número de monumentos de Oporto: la catedral o Sé, la Iglesia y Torre de los Clérigos, el Palacio de Freixo, la Iglesia de la Santa Casa de Misericordia… aunque la Torre de los Clérigos siempre fue su obra más representativa, y en la que trabajó de forma totalmente gratuita.
Tanto fue así, que el propio Nasoni pidió, como quedó plasmado en los antiguos escritos de la iglesia, ser enterrado aquí a su muerte. Este arquitecto toscano ya se había unido a la Hermandad de los Clérigos Pobres varios años antes de su fallecimiento, que tuvo lugar en 1773, y consta que fue enterrado en la iglesia.

Sala dedicada a Nicolau Nasoni.
Sin embargo, nunca se supo la localización exacta de su tumba (durante mucho tiempo se pensó que podría estar escondida en los púlpitos), hasta finales del año 2014, cuando durante las obras de restauración del complejo un carpintero encontró una cripta con varias sepulturas desconocidas hasta el momento y entre las que se piensa que podría estar la de Nasoni.
Desde entonces, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Coimbra trabaja en el lugar para tratar de determinar si el artífice del monumento más famoso de Oporto se encuentra entre estos restos.