Tienes que descubrir las murallas de Oporto durante tu escapada a la ciudad del Duero.
Hasta hace unos siglos, Oporto estaba protegida por la llamada Muralla Fernandina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, aunque mucho antes también contó con una muralla romana.

Entrada a la muralla fernandina.
Aunque fue derruida debido al crecimiento de la ciudad, algunas partes fueron conservadas. Dando un paseo por Oporto aún pueden apreciarse algunos vestigios de esta muralla en ciertos lugares de la ciudad, como la zona de la Catedral de Oporto.
Historia de las murallas de Oporto: de Roma a las murallas fernandinas
Las murallas de Oporto (Muralhas do Porto) comenzaron a construirse a mediados del siglo XIV, en plena Edad Media, cuando la ciudad comenzaba a expandirse más allá de los antiguos muros romanos y de la muralla primitiva, conocida como Cerca Velha (en castellano, «Cerca Vieja»), levantada unas décadas antes.
Fue entonces cuando el rey Fernando (que les daría nombre) ordenó levantar unas nuevas murallas de casi 10 metros de altura, dentro de cuyo perímetro iría configurándose el casco histórico de Oporto.

Una parte de la antigua muralla.
No obstante, a mediados del siglo XVIII la situación se repitió: Oporto consolidaba su crecimiento urbano sobrepasando sus murallas, que finalmente fueron demolidas en la mayoría de sus tramos. Algunos se conservaron con un objetivo meramente cultural, como testimonio del pasado.
Arquitectura medieval: la Puerta de Carvão
Las antiguas murallas de Oporto tenían un perímetro de 2.600 metros y contaban con varios torreones de planta cuadrangular y almenas en la parte superior.
Realmente, la Muralla Fernandina ya había comenzado a construirse bajo el reinado de Alfonso IV, bajo la denominación de Cerca Nova (Cerca Nueva), pero sería durante el gobierno del monarca Fernando I cuando se finalizasen sus obras.
En el momento de su inauguración, las murallas fernandinas contaban con numerosas puertas y accesos, aunque actualmente ya solo se conserva la Puerta de Carvão.

La Puerta de Carvão.
Los restos de la Muralla Fernandina
Hay dos elementos que aún podemos ver en Oporto pertenecientes a la antigua muralla fernandina:
- La mencionada Puerta de Carvão, cuyo nombre significa «Postigo del Carbón», era el acceso a través del que se abastecía de carbón a la ciudad. De ahí su cercanía al río (se encuentra en pleno barrio de la Ribeira; en Cais da Estiva).
- La Torre del Barredo, que data del siglo XIII (se encuentra en la Rua de Baixo 5, a tres minutos a pie del Postigo de Carvão).
Respecto a los propios muros, las partes mejor conservadas de la muralla son dos:
- La más conocida es el muro entre el Convento de Santa Clara y el Ponte Luis I (Trecho dos Guindais), junto al Funicular dos Guindais. Esta parte de la muralla, que alcanza los 200 metros, fue restaurada a comienzos del siglo XX y constituye el mayor tramo conservado hoy en día.

Murallas de Oporto.
Se puede subir a esta parte de la muralla; el acceso se hace a través del Instituto Ricardo Jorge.

Recorriendo la muralla de Oporto.
- La segunda es el Trecho Caminho Novo, menos conocido e igualmente interesante, donde se encuentran las escaleras de las que os hablamos a continuación.
Las Escadas de Caminho Novo
Existe un rincón con encanto junto a una de las partes conservadas de la muralla de Oporto: se trata de las Escadas de Caminho Novo, que discurren entre las calles Rua Nova da Alfândega y Rua de Tomás Gonzaga, en el tramo final de la Ribeira de Oporto.

Las Escadas da Caminho Novo.
Estas escaleras, enclavadas en el barrio de Miragaia, constituyen un buen mirador, pues durante su descenso podemos disfrutar de las vistas al Duero y a Vila Nova de Gaia.